Archivo de la etiqueta: bajo percentil

Mi hijo está bajo los percentiles, ¿qué sucede?

Pequeño vaquero con ganas de crecer. Foto: freeimages.com

Pequeño vaquero con ganas de crecer. Foto: freeimages.com

Muchos de los padres preocupados por el peso de su hijo tienen a su pequeño en la parte baja de la  tabla de percentiles. Los pediatras insisten en que tan normal es un percentil 3 como un 80, siempre y cuando haya una evolución constante en el tiempo. Pero ¿y qué sucede si mi pequeño está POR DEBAJO DEL PERCENTIL 3? Cada vez me encuentro con más padres y madres que llegan a este blog a través de este tipo de consultas y por ello me veo obligada a contestarles.

Incluso los especialistas más tranquilizadores, como Carlos González, hablan de normalidad en los casos de percentil 3, pero no se pronuncian (o no quieren mojarse) al respecto en los casos que hay por debajo. ¿No está sano un niño por debajo de percentil 3? Mi opinión es que puede que sí o que no.

Habría que tener en cuenta, ¿hemos descartado todo tipo de alergias, intolerancias o problemas gastrointestinales? ¿Hay algún otro tipo de enfermedad o tratamiento que pudiera tener influencia en su peso? Y algo muy importante, que tendrá en cuenta su pediatra: ¿el pequeño ha llegado debajo de la tabla en algún bajón o momento puntual o, por el contrario, siempre estuvo en valores bajitos similares, y su progresión, aunque lenta, es ascendente?

En el caso de un bajón brusco, el especialista deberá evaluar los motivos y si hubiera algún factor externo o patología que pudiera haber influido. Si, por el contrario, el niño siempre tuvo valores de peso bajitos pero va creciendo en peso siguiendo una línea ascendente y constante, puede que esté perfectamente sano. Eso sí, en estos casos, los pediatras normalmente preferirán chequeos algo más frecuentes para vigilar que, efectivamente, su línea sigue ascendiendo correctamente y sigue una evolución normal. En esa situación nos encontramos nosotros, por ejemplo. La niña está sana, solamente que va con más frecuencia a revisiones “por si acaso”. Y, según el pequeño va creciendo, y si lo hace correctamente (y la estatura también crece en los cauces normales), cada vez se irán espaciando estas consultas. Para haceros a una idea, con año y medio Paula ya va a revisiones cada 4 meses aproximadamente. Y calculo que para abril cuando volvamos, ya no nos cite su doctora hasta después del verano, siempre y cuando todo vaya bien.

Si es vuestro caso, no debe angustiaros ni mucho menos. De hecho, los bebés en percentil 97 (donde limita la tabla por arriba), también deben acudir a consultas algo más frecuentes precisamente para vigilar el caso contrario: si exceden mucho en su peso pueden hacerse más propensos a la obesidad o diabetes. Y, posiblemente, muchos de estos bebés de percentil 97 (o incluso 100) sean también perfectamente sanos, sólo que hay que seguir su peso con mayor exhaustividad.

¿Ha estado vuestro pequeño alguna vez bajo percentiles? ¿Conocéis algún caso?

La historia de… Laura

Un bebé y su mamá en una puesta de sol. Fuente: freeimages

Un bebé y su mamá en una puesta de sol. Freeimages

En esta ocasión presentamos el caso de Rosalía y su hija Laura. Usa seudónimo y quiere pertenecer al anonimato, como muchas de las madres en esta situación. Nos cuenta su testimonio y pide participación y consejos de los que la leamos. ¡Gracias a todos por leerla y contestarla! Y por supuesto, ¡animaos a contar vuestra propia historia!

Cuéntanos el caso de tu hij@.

Mi hija empezó vomitando muchas de las tomas de leche materna. Hasta tal punto que no sabíamos qué hacer y a qué pediatra acudir. Nos dijeron que podía ser mi leche, cólicos o reflujo, pero no lo curamos con nada. Ahora tiene 6 meses y pesa 5,200 kg. y lo estamos pasando un poco mal con la introducción de los purés.

¿Tiene bajo peso desde el nacimiento o ha sufrido algún bajón?

Nació ya chiquita, con 2,920 kg y nunca hemos conseguido que coma sin molestias.

¿Habéis realizado pruebas para determinar si tiene alguna alergia o intolerancia?

Hasta ahora no nos dijeron, pero gracias al blog lo plantearemos al médico.

¿Crees que es un tema tabú? ¿Has tenido que soportar alguna crítica incómida por el peso de tu hija?

Sí, no me atrevo a contarlo a muchos allegados porque parece que si tu niña pesa poco o come mal, la culpa es tuya y no sabes hacerlo bien… es desesperante y pierdo muchas fuerzas, necesito consejos de madres que sepan lo que es esto.

¿Qué consejo das a otras madres con este caso?

Creo que daría consejos a los médicos para que nos escucharan más y sepan guiarnos… y a las madres mucha paciencia, que se informen lo que puedan y mucho apoyo de mi parte.

¡Muchas gracias, Rosalía! Esperamos vuestras respuestas para ayudarla, darle ánimos o lo que queráis… ¡Y por supuesto espero también vuestros testimonios! Contadme brevemente a mi correo electrónico bajopercentil@outlook.es y os hago un cuestionario como el de Rosalía. ¡Animaos!

 

La historia de…

Anímate a escribir tu testimonio. Foto: freeimages.com

Anímate a escribir tu testimonio. Foto: freeimages.com

Iniciamos nueva sección en el blog, ‘La historia de…’. Sé que muchos tenéis testimonios de bajo percentil y a menudo me llegan vuestras historias en comentarios preciosos. Creo que no somos los únicos en esta situación y por eso es bonito leer otras historias parecidas y apoyarse también en ellas para salir adelante con una amplia sonrisa.

¡Que ya es hora de que escribáis vosotros también! Por eso me gustaría recibir a partir de hoy vuestros testimonios en primera persona en el mail bajopercentil@outlook.es. Por supuesto, no hace falta que uséis vuestro nombre real si no queréis. Se aceptan seudónimos y os podéis mantener en el anonimato pero, por el contrario, si queréis, haremos referencia a vuestro blog o página. ¡Y estoy abierta a otras sugerencias que se os ocurran!

Tengo que hacer una mención muy cariñosa y especial a Mamá Ingeniera ya que copio esta idea de sección de ella y su #infertilpandy. ¡Espero que no os moleste! Pero creo que también será muy interesante para los papis y mamis de Bajo Percentil contar sus testigos directos y vivencias en primera persona.

¡Espero ya ansiosa vuestras historias en el correo!

¡De vuelta de vacaciones!

Fuente: Freeimages.com

Fuente: Freeimages.com

Después de un descansito de respiro que necesitaba y pese a que seguí en las redes sociales pero un poco de reojo, ya estoy de vuelta. Para todas aquellas que me preguntáis y contáis vuestros casos con cariño, os debo algunas noticias. Estamos ahora en 7,500 kg, con 13 meses y medio. Es cierto que no es mucho, y los problemas con las comidas siguen ahí, pero el verano nos ha sentado a todos fenomenal y a mi pequeña en especial. ¿Sabéis que ya ha dado sus primeros pasitos? Ahora mismo eso y su sonrisa eterna es lo que me hace feliz, junto a tantos progresos que veo cada día en ella.

Como hay alguna interesada en las vitaminas del apetito, os diré que sí funcionaron, pero es importante que las prescriba un pediatra. Además, la nuestra nos las mandó durante un mes y dijo que después de ese tiempo las dejáramos, así que imagino que tampoco será bueno darlas a la ligera. Es mejor que el apetito venga del propio organismo, la naturaleza es sabia para esto, creo yo. La pediatra me dijo que igual en septiembre empezamos con el famoso Pediasure que anuncian en la tele, aunque veo complicado darle un vaso de nada, ya que Paula apenas bebe sorbitos de agua cuando tiene sed y poco más…

La sombra del gluten es alargada y sigue ahí. Aunque ya os comenté en un post que dio negativo en la intolerancia hace unos meses, el médico de digestivo quiere hacer seguimiento. Al parecer, es una intolerancia que a veces se presenta según la persona va creciendo, así que un negativo nunca es definitivo. Probamos con cereales sin gluten en vacaciones y los digiere mejor, sin vómitos, pero la verdad que es que apenas los come porque no le gustan nada…

La introducción de alimentos en trocitos va poco a poco. El pan, que precisamente tiene gluten, nunca le sienta mal y le encanta tomarlo en pequeños trocitos. ¡De hecho, es la mejor distracción cuando nosotros comemos y ella ya lo hizo antes! El resto va costando porque las texturas diferentes le producen arcadas hasta que se acostumbra. El jamón de york, las verduritas, el queso, etc van más despacio. Por desgracia, lo menos sano le apetece más (gusanitos, patatas…), ¡pero ya es algo!

¿Y vosotr@s? ¿Cómo vais con vuestros gordis? 😉

¡Primer añito, yuhuuu!

Fuente: freepik.com

Fuente: freepik.com

Ya sé que es un tópico aquello de que parece que fue ayer cuando di a luz, pero es cierto, y en cambio ya estamos aquí con el añito cumplido e incluso camino de los 13 meses. ¡Yuhuuuuuu!

El paso de los meses y el verano hace que todos nos relajemos un poco, así que mucho mejor. Con el año ya cumplido, Paula puede comer casi de todo. Sin embargo, tenemos que ir paso a paso y despacito con ella. La verdad es que es un placer ir dejando atrás la época en que los vómitos eran prácticamente a diario. Conozco más casos y ya me avisó el médico de digestivo que según maduran los peques se suelen ir reduciendo bastante.

Ahora entramos en la fase de «cuando me canso, escupo», pero cada vez menos y según el día también. Os explico que, aunque no soy partidaria de complementos artificiales, la pediatra cuando seguíamos con crisis nos recetó durante un mes unas vitaminas que fomentan el apetito. Y por probar que no quede. El caso es que a los pocos días no es que la notase más comilona, pero sí fue cuando de repente dejó de devolver. Así que ¡bendito sea! que al menos, la racioncilla que se come, queda dentro. En medio mes dejaremos el complemento y esperemos que haya aprendido a comer tranquila por sí misma.

También vamos a ir dejando progresivamente el Motilium y veremos al final del verano cómo va la evolución.

Poco a poco avanzamos y, como decía, debemos ir despacito porque los trocitos nos cuestan un poco, y esto pasa a muchos niños, que en cuanto notan una miga extraña en su boquita, para fuera todo. Pero vamos explorando con heladitos, patatitas, pan, queso… y aunque la textura sea lo complicado, ¡creo que los nuevos sabores le encantan!

Lo olvidaba: con el menú de 12 meses, además de estas probaturas, seguimos como con el de 10 meses  pero hemos introducido el huevo ya entero, el cerdo aunque esporádicamente, los yogures normales de sabores y las papillas las hemos subido a 240 ml. ¡No siempre se terminan, pero cuando se consigue, vaya papillote!  🙂

Y vosotros, ¿qué dáis a vuestros peques de un añito?

Lactancia materna y bajo percentil

Hacía tiempo que había pensado en escribir sobre lactancia materna y bajo percentil, y ahora tengo que dar las gracias de corazón al blog ‘El Alma y la lactancia al descubierto’ por ofrecerme esta oportunidad. Antes que nada, y como siempre he dicho, advierto que no soy pediatra ni especialista en maternidad, salvo toda la especialidad que me trae la vida como mamá.

Fuente: Morguefile

Fuente: Morguefile

Así que como mamá explico lo que sé del tema por mi experiencia, lo que he averiguado, etc. Son muchas las mamis con niños de bajo percentil que se han planteado alguna vez dejar la lactancia materna, agobiadas y pensando que éste era el problema del peso.

 Pues bien, os diré que hasta 2006, la tabla de percentiles de la Organización Mundial de Salud estaba basada principalmente en niños estadounidenses, y además sin atender mucho al tipo de alimentación (daba igual lactancia materna, artificial, complementaria…). Fue a partir de este año que la OMS empezó a ofrecer unas tablas adaptadas a otros niños con diferente origen étnico y adquisitivo, origen… con muestras de niños de Estados Unidos, Noruega, Brasil, Ghana, India y Omán. Y en este caso ya sí tomando la lactancia materna como norma, dado que es lo que recomiendan los pediatras de todo el mundo en inicio.

 Esto hace que las tablas ahora sean mucho más variadas y equilibradas, pero aun así, ¿no debería haber una tabla diferente para niños con lactancia materna y niños con lactancia artificial? Y además, si tenemos en cuenta los países estudiados y tenemos (como es mi caso, por ejemplo) una niña española… ¿acaso se asemeja en algo a las noruegas, que son la muestra europea? ¿O a las indias o estadounidenses? No reconozco un país con tallas similares a la nuestra que se encuentre en el estudio, así que difícilmente puedo fiarme de ese percentil… Estas son las tablas que habitualmente encontramos en las cartillas sanitarias de nuestros hijos, y las que por tanto guían a nuestros pediatras para medir el crecimiento de nuestros hijos.

No digo que no sean un baremo válido para medir, digo que quizás unas mediciones adaptadas a cada país o continente igual habrían sido más acertadas. Y separando lactancia materna y artificial, para no convertirlo en un ‘totum revolutum’ explosivo…

Fuente: freeimages

Fuente: freeimages

Y hablando de esto os preguntaréis, ¿por qué suelen engordar más los niños de biberón que los que toman leche materna? ¿Alimentará más? Bien, pues un estudio realizado en 2009 por la Comisión Europea demostraba que esto sucede con niños que toman fórmulas de alto nivel en proteínas, y que es necesario protegerlos de la obesidad eligiendo leches (aunque sean artificiales) con bajos niveles en proteínas. Esto, por ejemplo, se puede conseguir tomando leche de inicio en lugar de continuación hasta los 12 meses. O bien, vigilando que en el resto de alimentos que complementen a la leche no haya exceso proteínico. Es decir, que no es que estén mejor alimentados, sino que hay que vigilar que no tomen proteínas de más. Por suerte, en el caso que conozco que es España, las leches artificiales no suelen tener excesivas proteínas como sí sucede por ejemplo en Estados Unidos, donde hay muchos más niños propensos a la obesidad desde bien pequeños por este motivo.

Bueno, con esta explicación espero haber aclarado un poco más a aquellas madres agobiadas por pediatras que exigen la famosa “ayudita”, el “refuerzo” y comentarios similares: ahora ya sabéis que ni esas tablas nos representan del todo ni los biberones alimentan más… lo importante es: ¿tu niño está feliz, es activo, se ríe, come algo aunque sea poquito cada ciertas horas? Entonces ya sabes la respuesta: Está sano. ¡Disfrútalo!

Para vuestras dudas y curiosidades sobre lactancia materna, os recomiendo los artículos del blog ‘El Alma y la lactancia al descubierto’.

Bajo percentil y Baby Led Weaning (BLW)

Muchas madres habláis del BLW y me lo recomendáis como la panacea y novedad para la introducción de nuevos alimentos. Para las que no lo conozcáis, consiste en complementar la leche (como alimento principal) sentando a la mesa al bebé con los padres y dejando que pique y guarree todo lo que quiera, para que se vaya familiarizando con los alimentos. La traducción literal sería algo así como «dejar que el bebé se destete solo» o, si lo queréis, «dejar que el bebé coma y se regule solo».

Autor: freepik.com

Autor: freepik.com

Aquí os dejo un enlace con información, ya que es interesante y no digo lo contrario, de hecho hay consejos que sigo mucho. A mí me parece muy buena idea y no la critico en absoluto, pero tengo que deciros que no es muy apto por completo para nuestro caso,  os digo por qué:

Como es un método en que van familiarizándose poco a poco, y para ello siempre manteniendo la leche como alimento principal, aquí se plantea el primer problema: los bebés que no aceptan el biberón y ya no tienen pecho deben seguir tomando lácteos. Antes del año en mi caso no me recomiendan el queso y los yogures no se los toma completos. Conclusión: las papillas de cereales no puedo quitarlas de ninguna manera. Además de un poquito de yogur y leche con la fruta.

El siguiente: si un bebé comiera sin problemas, claro que irle poniendo comida «de mayores» delante es buenísima idea. Pero si come muy mal, lo intentas de este modo y tampoco funciona, acabas usando el método propio que mejor vaya. Más que nada, porque el tiempo de adaptación puede suponer un bajón que estos niños no se pueden permitir… No sé si algunos padres con nenes de bajo percentil conseguisteis que comiera mejor con BLW, si es así contadnos. Pero como cada niño es un mundo, al final nosotros usamos nuestro particular método Paula. Otros usarán el método Jorge, el método María… que se va renovando y actualizando con el propio niño, claro está. Es decir, que aunque no hagamos BLW por completo, como os decía arriba, siempre viene  bien coger alguna de sus técnicas o ideas, porque sobre todo a estos niños algo rebeldes con las comidas puede que les guste más explorar por sí mismos.

Así que lo que hacemos es seguir con nuestras papillas y purés pero con la alegría de que, ahora, sí le vamos dando cositas de nuestra comida a probar, pequeños trocitos para que explore, y claro, eso sí, os digo, es una gozada aunque la mitad quede guarreado. ¡Que vivan los 12 meses!

¿Qué hacer cuando llega una recaída?

Fuente: freepik.com

Fuente: freepik.com

Ojalá tuviera respuesta para todas las preguntas, pero los que estáis ahí leyendo sabéis que no es tan fácil. Después de una racha medianamente buena, cuando llega una mala de nuevo no es fácil sobreponerse.

Lo primero es preguntarte de nuevo (o por primera vez, si no lo has hecho antes) si es posible que exista algún problema de salud. Lo vimos en el post de posibles causas para que tu peque no coma. Si ya tienes detectado el problema, es posible que debas visitar al pediatra para que ajuste el tratamiento que ya tenía.

Pero en ocasiones, como a mí me ha sucedido, no hay un aparente motivo. En esos casos, toca darle la vuelta al coco a ver qué puede estar sucediendo para que de repente venga una mala racha:

1. Ahora mismo, puede ser la llegada del verano, que hace que todos en general tengamos menos hambre y más sed.

2. A veces un catarrillo o bronquitis pasajeros pueden afectar porque los moquillos, las flemas, la tos… no son en general buenos compañeros de los mal comedores, como es lógico.

3. El aburrimiento. Quizás a veces un pequeño cambio en la comida o probar con algo distinto consigue reparar un poco estos pequeños baches.

4. Una combinación de todo. Es el caso en que creo que nos encontramos ahora mismo. Las flemillas no ayudan, el aburrimiento tras varios meses comiendo lo mismo y el verano… Si algo he aprendido en estos días, y quizás os vale como consejo, es que cuando llegan estos bajones lo mejor es reducir un poquito las raciones. Más vale poco dentro que todo fuera, ¿no creéis? Así que, si la tónica ha de ser no forzar a nuestros peques, esto debe cumplirse mucho más en estos días.

¿Y tú? ¿Has tenido alguno de estos bajones pasajeros? Cuéntanos tu experiencia y consejos…

Bebés prematuros y bajo peso

Fuente: freeimages

Fuente: freeimages

Aunque no lo he experimentado, me gustaría hablar en este post de los bebés prematuros y los nacidos en partos múltiples. Son niños que, por las circunstancias especiales del embarazo, nacen con un peso más bajo. Quizás en un primer momento lo del peso será lo que menos preocupa a unos papis que sólo quieren ver que su peque evoluciona favorablemente (a menudo en incubadoras) y sus pequeños órganos se forman y funcionan con normalidad.

Pero poco a poco, y sobre todo las mamis, se verán agobiadas por el modo de darles de comer: si quieren lactancia materna, tendrán que luchar para que su peque se agarre en los ratitos que puede sacarle de la incubadora. O bien intentar con biberones especiales, vasitos… un mundo agotador y fuera de la intimidad de un hogar si se encuentran hospitalizados, como suele suceder las primeras semanas.

Una vez en casa, puede que, si fue parto múltiple, un niño se desarrolle más rápido que otro, con lo que las comparaciones se hacen inevitables. ¿Por qué uno come tan mal y el otro no?

En todos los casos, siempre habrá una vecina fisgona, una cajera antipática o un pediatra agobiante que culpen (directa o indirectamente) a los padres del bajo peso del pequeño. Y en este caso de prematuros, nunca lo olvidéis: vuestro bebé no nació a término y por tanto, su peso NO DEBE NI PUEDE SER el mismo de un niño que nació en la semana 39-40-41…

Porque parece que, una vez que el pequeño ha salido de la incubadora y está en casa, tiene que crecer de golpe y aparentar una edad que no tiene. ¡En condiciones normales seguiría en la tripita de su mamá! Y claro, al nacer se puede comprar la talla de prematuros pero, ¿no es frustrante ir a comprar cuando tiene 5 meses y tener que ponerle ropa de sólo 3?

Por eso es importante que los padres de estos niños tengan paciencia y en todo momento sean conscientes de que si no come como uno de 5 meses es ¡porque no los tiene si contamos el período de gestación! Y si tarda más en desarrollarse, en crecer, etc… No habrá que agobiarse tampoco. ¿Conoces algún caso que puedas contarnos?

Qué hacer si no come (consejos de madre)

Evidentemente, y como escribo en el título, no soy una experta en el tema, pero sí madre, y como tal puedo aportar algunos consejillos y esperar los vuestros para poder completarlo. ¡Seguro que siempre hay algún truquillo que podáis aportar!

Una vez vistos los consejos de pediatra para niños que no comen, me parece apropiado dar una visión de mami para acercaros un poco a la experiencia del día a día, que probablemente os resultará más familiar. Por supuesto, ni mis consejos serán válidos para todos los niños (yo sólo los he aplicado con la mía) ni son los únicos posibles. ¡ A veces hay actitudes inesperadas! Y ya de paso os enlazo en el texto del post algunos vídeos de bebés que os harán reír 😉

  •  No presionar. Es fácil decirlo y no tanto hacerlo cuando tu bebé o tu niño está al límite del peso, pero debes pensar que, aunque forzar puede funcionar en una ocasión, hartará al niño a medio-largo plazo y terminará viendo la comida como un suplicio. Además, puede provocar incluso que termine vomitando lo que ha comido, con lo que todo el esfuerzo habría sido en vano.
  • Ponte cómod@. A tu niño no le entusiasma comer, de acuerdo. Pero como tampoco vas a presionarle, lo mejor es darle cuando tengas todo el tiempo del mundo y estar dispuest@ a sacar tu lado más paciente. Coge una silla a tu lado, háblale y hazle reír, que vea tu rostro relajado y no frustrado o preocupado. Las prisas no son buenas y ellos lo percibirán, así que si te urge hacer algo, hazlo antes aunque retrases un pelín su comida, y después siéntate tranquilamente para darle la comida.
  • Destierra los enfados. Una vez más, es más fácil decirlo que hacerlo, pero sabes que debe ser así. El niño, por más que pienses que no come para fastidiarte, no lo hace por eso. Ya hemos hablado en otro post de los posibles motivos para que no coma. A lo mejor le pasa algo o, simplemente, se siente saciado o quiere jugar como éste  y tienes que esperar un ratito con el resto del plato, recalentarlo un poquito o pasar al postre. ¡O tiene sueño como esta niña! Esto no quita que en algún momento perdamos los nervios, ¡somos humanos! Quizás puedes dar el relevo a otra persona o parar un momento a tranquilizarte antes de armarte de paciencia y seguir.
  • No le compares. No olvides nunca que no puedes comparar lo que come con el vecino, porque probablemente ni tengan la misma constitución ni historial. Ni mucho menos decírselo: “Mira cómo come Diego, y tú qué mal comes”. En cambio sí puedes, sin abusar, usar la actitud de otros para motivarle: “Mira cómo come Diego, qué hambre tiene”.
  • Si devuelve, ¿sigo dándole? Pues depende. Hay niños que devuelven por una flema, por un trozo de comida o algo distinto que no han podido evitar. Si percibes que ha sido así, prueba a seguir y según su actitud y si sigue con hambre, actúa en consecuencia. Obviamente, si devolvió porque no quería más, no es buena idea seguir forzando la situación.
  • ¿Hacemos avioncitos? Muchos padres se desesperan entreteniendo a sus hijos para que terminen comiendo 5, 6 ó 10 cucharadas más. ¡Sería divertido ver un vídeo con la de monerías que se pueden llegar a hacer! a lo mejor os identificáis con este padre. Normalmente, los expertos recomiendan no hacer nada de esto, pero mi experiencia me ha llevado a un término medio: como puede ser agotador comenzar por entretener al niño desde el principio, es mucho más fácil aprovechar el primer tirón en que el niño tiene hambre sin entretenimiento (sin tele, sin juguetes, sin monerías…). Simplemente una actitud calmada, silencio o voz muy suavecita pero hablando poco y sonrisas. En mi caso esto hace que la peque se centre ese ratito en la comida, y es un rato que te ahorras de desgaste. Es probable que, una vez saciado su primer impulso de hambre, centre su atención en una mosca o cualquier cosa que se cruce en su mirada. Es el momento de darle un juguetito (¡uno sólo!) de plástico o goma, que si lo mancha se lava fácil. Normalmente, lo cogerá con sus manitas y dejará que sigas dándole de comer un ratito más mientras se entretiene. Cuando se canse y lo tire, puedes limpiarlo y dejárselo de nuevo o bien ofrecerle otro diferente. Agotados estos recursos (y no antes) pasamos a la tele y los dibujos animados. Para entonces, ya habréis llegado a algo más de la mitad de su platito, así que ya habréis cubierto el mínimo. Por tanto, no hace falta desesperarse si no termina.
  • Evitar la sobreexcitación. ¿Por qué pongo arriba lo de la voz calmada, un estímulo detrás de otro en lugar de todos a la vez, etc.? Primero, para no agotar recursos desde el primer momento. Pero sobre todo, para no crear en el niño un estado de nerviosismo o excitación que nunca va a resultar positivo. Gritarle, aunque sea jugando, le hará querer moverse y jugar, ¡todo menos quedarse sentadito en una silla esperando venir una cuchara! Lo mismo sucederá si te pones a agitar un sonajero o cualquier objeto sin cesar.
  • ¿Espectáculo en vivo?  Sucede lo mismo que en el punto anterior. Si nos ponemos a cantar o bailar delante, querrá jugar y moverse también, o salir de allí. Ponte en su lugar: ¿Te ponen delante un concierto de tu grupo favorito y te quedas sentad@ tan tranquil@ comiendo bistec o saltas de la mesa y te unes a la fiesta? Podéis hacerlo si queréis al final de la comida o como colofón para celebrar lo bien que ha comido. Mejor aún si ponemos al hermanito mayor (si tiene) a hacer un videoclip delante, recurso que usáis muchas mamis y que además hará que el grande se sienta útil y divertido.
  • Celebra sus logros. No hace falta montar un fiestón, pero cada vez que termine el plato puedes enseñárselo vacío y aplaudir diciendo: “¡Bieeeen!” para que sepa que eso te hace estar muy feliz. Por el contrario, si no termina o termina devolviendo, tampoco hay que regañarle, sino simplemente recoger sin celebraciones y ya está. ¡Habrá más suerte la próxima!