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Descubre el ‘superalimento’ de tu hijo

Niño comiendo espagueti. / Foto: Pixabay

Ya. Ya sé que con la palabra ‘superalimentos’ se os vendrán a la cabeza la quinoa, la cúrcuma, algunos frutos secos… Muchos de estos productos tan de moda. Pero no es el tema de discusión hoy. Con nuestros niños de bajo percentil y además malcomedores, me refiero a ese momento, casi como el del descubrimiento del fuego, en que ves que tu hijo por primera vez en su vida ¡¡decide repetir un plato!! 

Puede parecer utopía, pero no es así. Tened paciencia, padres y madres de niños de bajo percentil, porque este momento llega antes o después. Probando descubriréis, al fin, un plato que le gusta por encima del resto. Y en niños que comen regular, como es lógico, a mayor cantidad de alimentos introducidos, mayor probabilidad de encontrar El Dorado. 

¿Cuál será ese superalimento? Pues ahí no puedo ayudaros, ya que los niños, igual que nosotros, tienen paladares diferentes y a cada uno le gustará algo diferente, como es lógico. Igual que, también a través de los años, es probable que no les agraden los mismos sabores o descubran otros nuevos que de pequeños detestaban. Por ejemplo, a mí no me gustaban los ahumados de pequeña y de mayor me chiflan. 

En el caso de mi hija, El Dorado llegó con un buen cuenco de macarrones con tomate. Desde que los probó por primera vez noté que le gustaban más que otras cosas que había probado, y cuando pudo expresarse bien, llegó el día en que me enseñó el plato vacío triunfal y me dijo: «Mamá, ¿me pones otro?». ¡Y yo mirándola como si hubiera empezado a hablarme en chino! 

Pues creedme, eso que pensáis inalcanzable llega, ¡sólo se trata de probar y probar! Y si veis que rechaza algo de plano, pienso que lo mejor es no insistir… La próxima vez cambiad el tipo de cocción o presentación del alimento en cuestión o, simplemente, dejad pasar unas semanas hasta volver a ofrecérselo. ¡Y mucha suerte!

Segunda maternidad de bajo percentil

Mamá con dos niños. / freepik.com

Mamá con dos niños. / freepik.com

La segunda maternidad, por mucha experiencia que se tenga, es en incógnitas como la primera: un melón sin abrir, que no sabes cómo te puede salir. Puedes intuirlo al tacto, por el color, el sonido al golpearlo… pero no lo sabrás con certeza hasta que el cuchillo no traspase sus entrañas para desenmascararlo.

Puedo contar cómo está siendo nuestra historia pero siempre si me prometeis que leéis sabiendo que, aunque suene a tópico, cada niño es un mundo. Precisamente de mi experiencia ésta es una de las mayores enseñanzas que he sacado.

Para los que aún no estabais enterados, volví a ser mamá hace siete meses. La sombra del bajo percentil es alargada y, como es lógico, ya desde el embarazo tenía ésta entre una de mis preocupaciones. Aunque lo cierto es que el segundo embarazo pasa muchísimo más rápido para la mamá, porque todas las horas son pocas para atender a tu hija mayor, trabajar, mantener más o menos un hogar y además en el tiempo que sobra cuidarte a ti misma porque eres el albergo de tu nuevo bebé…

En este caso, tuve especial cuidado en mi alimentación para que fuera suficiente y equilibrada ¡y no fue fácil con náuseas hasta el sexto mes! Mi intuición me decía que algo cambiaba con respecto a mi hija: ella en mi útero se pasaba casi todo el rato dormida y apenas unas horas despierta pero sin parar de moverse, inquieta como al día de hoy. Movimientos pequeños pero rápidos, mi lagartijilla ya lo era desde entonces. Pero este bebé pasaba menos horas dormido y es que sí parecía tener horarios rutinarios… si algún día me retrasaba algo en una comida, él me lo recordaba con pesadas patadas. Por el contrario, sus movimientos eran de alguien más despierto pero más calmado… salvo si le faltaba comida a su hora. Esto me puso contenta, claro.

Nació con 3.250 kg, un peso mucho más en la media que mi hija mayor, que había pesado 2,650. Y a los pocos minutos de nacer,se enganchó a su teta y feliz de la vida. No voy a decir que no tuve los inicios complicados de la lactancia como suele pasar en los primeros días, pero lo típico de dolores, conseguir el enganche correcto, la subida, etc, no por ganas del peque. Así que todo empezó mucho más tranquilo que con la mayor. Lo cierto es que recuperó bien el peso de nacimiento y lo único que tras el primer mes el crecimiento comenzó a ir despacito como su hermana… y al percentil 3 de nuevo.

Podría haberme desesperado pero lo cierto es que lo llevé bastante bien. Porque veía que él comía bien infinitamente mejor que su hermana), quedaba satisfecho y estaba sanísimo. Así que no podía ser otra cosa que la genética. Pero si al menos con la misma genética no tenía que pelear con él en cada comida… pues es de agradecer, claro.

El siguiente miedo era mi incorporación al trabajo. Como mi hija jamás aceptó los biberones, traté de que su hermano tomara al menos uno por semana desde el principio con mi leche. Simplemente para que al quedarse en la guardería fuera capaz de tomarlo con tetina sin que resultara un trauma como había sido para ella.

Como tenía cinco meses y sólo tomaba lactancia materna, sus inicios en la guardería fueron tranquilos para él: gracias a un pequeño banco de leche que guardé pudo tomar leche materna en biberón.

Siguiente paso que dimos: la alimentación complementaria. Con ella definitivamente dejamos ya el biberón. Nos sirvió para ese tránsito sin lágrimas, pero la realidad es que fue empezar con la cuchara y ya no quiso volver a la tetina… fruta y verduras genial… las papillas algo más cuesta arriba. Ya que no tenía ya leche guardada las papillas que le hago son con leche artificial y el sabor no le agrada lo mismo. Pero nada que ver con mi hija: pronto me dijeron en la guardería que pasaba para el desayuno de una papilla de 150 a la de 180 ml!! Claro, a veces sin tomar todo, ¡pero es que luego se tomaba toda su verdura y su fruta! Más leche a demanda… Me parecía increíble, vaya.

Con siete meses recién cumplidos, aún poco más puedo contaros de mi pequeño Gordito (como le gusta llamarle a Paula). Ya haremos cuentas con la báscula de nuevo, y aunque a este ritmo supongo que va a ir subiendo sin problemas, si sigue en percentil bajo ya no voy a amargarme más… mamás y papás de bajo percentil… observad a vuestros hijos, hacedles pruebas si veis problemas… pero si el diagnóstico es sano, simplemente disfrutadlo, ¡bendita genética que siempre podrán comer lo que deseen sin verse obesos! 😃

¡Bajo Percentil ya tiene grupo de Facebook!

Todas las familias tienen cabida en el grupo de Facebook de Bajo Percentil. / Foto: freepik.com

Así como lo leéis, Bajo Percentil ya tiene su propio grupo de Facebook. Eran cada vez más las solicitudes que me hacíais de un grupo para poder expresarnos entre todos nosotros, compartir experiencias, intercambiar información, impresiones, hacer piña… por qué no, también para desahogarnos y, por qué no también, para charlar sobre de todo un poco y pasar buenos ratos.

Aunque sabéis que en un principio me resistí por el tiempo que lleva a veces la gestión de grupos en Facebook, finalmente sigo vuestras sugerencias y espero que os guste.

Podéis encontrarlo en Facebook en este enlace al grupo, vinculado a la página de Bajo Percentil o también en el buscador de grupos por el nombre Papás y mamás de niños de Bajo Percentil. A los que os preocupe la privacidad de lo que vayáis a compartir, os comento que para vuestra tranquilidad es un grupo cerrado.

¡Así que estáis todos invitados! Os espero 🤗

Embarazados, la película

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Esta noche se estrena en cartelera aquí en España la película ‘Embarazados’. Sin mayores pretensiones que una comedia española, pero como un tema de fondo que ocupa cada vez a más parejas españolas: la fecundación in vitro (FIV) rondando ya los 40. Me ha parecido interesante porque sé que muchos de los que estáis detrás habéis pasado por esto, o bien lo estáis viviendo ahora o conocéis a alguien en este caso.

Cada vez encontramos la estabilidad más tarde, nos casamos (o arrejuntamos, o lo que sea) más tarde, y decidimos tener el primer hijo… pues ya cuando casi no queda tiempo. Es lo que les pasa en este filme a los protagonistas, Alina y Fran: que cuando quieren darse cuenta, entre ambos ya tienen problemas de fertilidad y deben recurrir a una FIV.

Y entre medias, otra reflexión: la de Fran, que es más reacio a la idea de tener hijos por el pavor que le provoca un cambio de vida drástico que le va a hacer pasar a una nueva fase de madurez y que, por lo que ya ve en amigos que le rodean, va a poner su mundo patas arriba. Sin duda, son dudas que nos han asaltado a todos antes del primer hijo y evidentemente después te das cuenta de que el vuelco es incluso más que sólo patas arriba pero que, así y todo, es lo mejor que ha pasado en tu vida, indescriptible y jamás contemplarías ya un retroceso, ¡porque el hueco que quedaría sería inmenso!

Y vosotros, ¿conocéis a muchas parejas en situaciones parecidas o habéis observado alrededor este cambio generacional?

Ahí os dejo un adelanto de la peli que, como protagonizan Alexandra Jiménez y Paco León, podéis imaginar que tiene la diversión garantizada, ¡que lo disfrutéis!

Mis primeros libros

Pienso que inculcar la lectura desde pequeños es muy importante. La cultura hace a la persona libre, porque el conocimiento abre increíbles puertas a otros mundos, fomenta la propia imaginación, estimula el vocabulario y el apetito de querer saber más y más… Mi amor por los libros desde bien pequeñita me hace desear que mi hija también los ame, porque la lectura me ha hecho mucho bien, y es lo que quiero para ella. Así que confieso que estoy disfrutando como una enana redescubriendo con ella lecturas infantiles, olvidadas, aventuras asombrosas…

¿Pero qué se lee con un niño que no sabe leer? Pues aquí os dejo una muestra para que os dé ideas a los que tenéis bebés o niños en edad preescolar. Algunos libros no los encontraréis tal cual si son antiguos, pero os puede ayudar a encontrar algo similar. Más que títulos, os recomiendo tipos de libros y las cualidades que pueden ser interesantes. ¡Hay tanta variedad! Así que no tenéis excusa:

    • Libros de baño: Son los típicos plastificados con los que los más pequeños empiezan a experimentar texturas y diversión. Estimulan los sentidos de la vista (suelen tener vivos colores), el tacto (son blanditos y algunos con sonidos al apretarlos) y empiezan a trabajar el reconocimiento de figuras geométricas, animalitos, escenas cotidianas del día a día…  Pueden meterlos en la bañera sin problemas, babearlos, sobarlos… jajaja que no se van a romper. Al menos hasta que empiecen a morder y arañar, claro, porque entonces guardaréis más de uno con la espuma ya por fuera… 😦

      No conservo foto nuestra de este libro por eso mismo, porque terminó destrozado de tanto uso... pero la estrellita de mar dio mucho juego

      No conservo foto nuestra de este libro por eso mismo, porque terminó destrozado de tanto uso… pero la estrellita de mar dio mucho juego

    • Libros de tela: También suponen un inicio para los bebés más ‘bebés’. De nuevo sirven para sorprender con diferentes texturas, a la vez que iniciarlos en colores y formas que poco a poco irán descubriendo.

      Libro y medidor de Teo

      Libro y medidor de Teo

    • Libros puramente didácticos: Aunque todos los libros infantiles suelen abarcar o englobar algún tipo de enseñanza, aquí nos referimos a los más estrictamente pedagógicos para preescolares: las formas, las letras, los números, las frutas, etc.
      Aprender a contar, las frutas y las vocales, tres buenas muestras de estos libros

      Aprender a contar, las frutas y las vocales, tres buenas muestras de estos libros

      Prendas de vestir y sonidos. Una buena manera de que aprendan o refuercen estos conocimientos

      Prendas de vestir y sonidos. Una buena manera de que aprendan o refuercen estos conocimientos

    • Libros con un fin específico: Sirven para explicar a los pequeños una situación por la que están atravesando en su vida y que supone un cambio para ellos. Puede ser la retirada del chupete o el pañal, la llegada de un hermanito, la muerte de un ser querido… cada vez son más populares y refuerzan todo el trabajo psicológico paralelo en familia.
      Aunque Paula no lo ha necesitado nunca, os dejo una muestra de libro para la retirada de chupete (y de paso me planteo el mismo para pañal, jeje)

      Aunque Paula no lo ha necesitado nunca, os dejo una muestra de libro para la retirada de chupete (y de paso me planteo el mismo para pañal, jeje)

      Una situación bastante menos desagradable, pero que puede suceder, es que una compañera de clase tenga leucemia, o alguna otra enfermedad. Este libro enseña a afrontarlo con un niño que no entiende

      Una situación bastante menos desagradable, pero que puede suceder, es que una compañera de clase tenga leucemia, o alguna otra enfermedad. Este libro enseña a afrontarlo con un niño que no entiende

    • Libros del día a día: Cuentos que reflejan situaciones del día a día de nuestros pequeños: lavarse los dientes, irse a dormir, ir al supermercado, a la guardería… también sirven de refuerzo para explicárselo a los niños y, además, para aprender nuevo vocabulario (nombres de prendas de vestir, de material escolar, alimentos…).

      Pues eso, vamos a dormir. Y más gráfi o aún si es con el sonido de los ronquidos

      Pues eso, vamos a dormir. Y más gráfi o aún si es con el sonido de los ronquidos

    • Libros con sus personajes favoritos: Mickey Mouse, Peppa Pig, Caillou, Pocoyó… forman parte de sus vidas, nos guste o no. Y qué mejor que acercarlos a la lectura con alguna de sus pasiones. Poco a poco, ellos irán eligiendo sus preferidos… ¡van teniendo sus propios gustos!

      Nosotros, Peppa forever

      Nosotros, Peppa forever

    • Libros con animales: Son un mundo aparte, por la gran variedad que podemos encontrar. Gracias a ellos, muchos niños aprenderán a reconocer los diferentes tipos: de granja, del bosque, de la selva, domésticos…

      Dos muestras, de animales de la granja y el mundo. Muchos de estos libros vienen con sonidos para identificar lo que hace cada animalito

      Dos muestras, de animales de la granja y el mundo. Muchos de estos libros vienen con sonidos para identificar lo que hace cada animalito

    • Cuentos para antes de dormir: desde los clásicos de toda la vida, a cuentos de Disney, magia e historias sorprendentes, cada vez con tramas más complicadas…
      Cuentos de toda la vida, en este caso algo modernizados tanto en aspecto como en la trama de algunas historias

      Cuentos de toda la vida, en este caso algo modernizados tanto en aspecto como en la trama de algunas historias

      Este gato con botas incorpora además texturas para experimentar lo suave, áspero, arrugado...

      Este gato con botas incorpora además texturas para experimentar lo suave, áspero, arrugado…

Estrés postvacacional en niños… ¡Bienvenido, septiembre!

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La dura vuelta al cole. Fuente: freepik.com

Llega septiembre, la vuelta de muchos a la rutina en trabajos, coles, guarderías… Y el eterno vía crucis de los padres para llegar a todos ellos a tiempo, como en una gymkhana diaria. Pero lo cierto es que los adultos no somos los únicos que padecemos mental y físicamente el agotamiento por un regreso poco o nada deseado, aunque la mayoría de las veces muy necesario.

El regreso de los niños tras unas vacaciones largas es un ‘shock’ emocional al que tardarán en combatir. Según el niño va tomando conciencia, a partir del año o año y medio de vida, empieza a notarlo. Y cuanto mayor y más consciente, muchas veces es peor.

Por eso los psicólogos insisten en que los padres hablemos con los niños de ello, les contemos lo positivo, como que van a ver a sus amigos, hacer excursiones, hacer deporte… y escuchemos cómo se sienten.

En el caso de bebés o niños muy pequeños esto aún no es posible. Es mi caso, por ejemplo. Quizás nuestro momento, con una niña de dos años, es de los peores. Porque se junta la época de rabietas con un cambio muy brusco que los niños no saben cómo afrontar. Y no pueden expresar correctamente sus sentimientos (de ahí las rabietas), así que se transforman en un cóctel molotov a punto de estallar.

La suerte es, que según los especialistas, el estrés postvacacional suele durar entre una semana y 10 días. ¡Yo lo he notado muchísimo en mi pequeña! La primera semana fue igual de compungida de principio a fin, pero la siguiente ya casi nada, y hasta el martes ya me puso pucheros al irse de la guardería. Una vez establecidas las rutinas de nuevo, ellos aprecian lo positivo (que comentaba más arriba que hay que recordarles), se sienten más seguros y tranquilos y se alegrarán de volver a ver a sus amigos, al recreo, de ir a una clase de mayores porque ya han crecido…

En fin, ¡feliz vuelta al cole a todos! ¿Cómo ha sido la vuestra o qué esperas de ella? 😉

¿Cómo evito caer en los virus de mi hijo?

Un padre griposo. / Fuente: Photl.com

Un padre griposo. / Fuente: Photl.com

A muchas mamás y papás lo que nos preocupa realmente es la salud de nuestros hijos, pero hay que tener en cuenta que si nosotros estamos blufff, seremos los primeros que no podremos cuidar de ellos al 100%. Así que nada, ¡a prevenir!

Por eso os traigo este simple consejito que me dio mi doctora de cabecera hace unos meses. Acudí a ella porque llevaba todo el año con una especie de congestión crónica y no sabía si podía ser sinusitis o algo similar. Ella me examinó, después me preguntó si era madre y si tenía a mi pequeña en la guardería. Y claro, después de mis respuestas afirmativas, comprendí que también mi niña había pasado un invierno muy sano pero sin parar de moquear…

Me recetó unos sobres para que la congestión se pasara pero, me insistió, lo mejor en estos casos es la prevención. Porque aunque una piense que está limpiando y cambiando pañales de la manera más pulcra, siempre quedan gérmenes en el ambiente. Ella me recomendó que, tras cada cambio de pañal, en lugar de lavarme las manos (o antes de hacerlo) me limpiara con un gel higienizante desinfectante de manos.

Gel higienizante

Gel higienizante

La verdad que yo sólo los recordaba de cuando los instalaron en determinados establecimientos y en algunos puestos de trabajo con el miedo a la gripe A y al ántrax. Sin embargo, me animé a comprarlo y desde entonces, tengo que decir que sorprendentemente aquello hizo efecto. Una avellanita de gel en seco inmediatamente después del cambio de pañal ha sido la mejor manera de protegerme de virus varios.

Como a mí no me patrocina nadie, tampoco os voy a recomendar marcas. Sobre todo porque pienso que estos geles más o menos deben de ser similares unos y otros. Podéis encontrarlos en farmacias, parafarmacias, droguerías y no estoy segura de si en algún supermercado tipo Mercadona. Desde luego, no en todos los supermercados, eso sí. Mi consejo: si lo compras para tenerlo en casa, mejor un bote grande aunque cueste algo más, porque cunde bastante.

Y ya para escrupulosas a tope, pues frasquito pequeño para el bolso. Yo no llego a estos extremos aún, pero si vuelvo a la congestión del año pasado en invierno, valoraré meter uno también, jajaja.

Si estás harta de coger los virus de tu hijo, no pierdes nada por intentarlo. ¡Y luego me cuentas! 🙂

Dónde comprar DIY… ya hecho

Peluche de fieltro de MinisByVane, en Etsy.

Peluche de fieltro de MinisByVane, en Etsy.

Tenía que contar mi admiración absoluta por esas mamás ‘manitas’ que son capaces lo mismo de bordarte un cojín, que un peluche, hacerte una preciosa tarta de fondant con figuritas… El famoso DIY (Do It Yourself, Hazlo Tú Mismo). Yo soy un desastre para las manualidades, pero me encantan esas cosas, y si algún día tengo muuuucho tiempo libre, me apuntaré a algún curso para aprender.

Cojines de nubes en PaparajoteFactory, dentro de Etsy.

Cojines de nubes en PaparajoteFactory, dentro de Etsy.

Pero, mientras tanto, soy consumidora de estos productos. Y me encanta realizar encargos a gente así. Me parece una manera estupenda de reactivar la economía de más abajo, y creo que todos deberíamos hacerlo. Los pequeños artesanos no dejan de ser pequeños empresarios. Muchas de las mujeres (hablo en femenino porque la manualidades suelen ser de ellas, ¡pero a ver si se animan más chicos!) que se están dedicando a esto, llegaron hasta aquí por accidente. Es decir, ya les gustaba hacer estas cositas en su tiempo libre, pero arrastradas por la crisis y en paro, decidieron darle vida a esas horas en casa durante la agonía de la búsqueda de trabajo. Y bueno, aunque no todas puedan vivir de ello, ¡muchas se vieron sorprendentemente desbordadas por los encargos!

Pendientes de resina y cristal pintados a mano, de Sirenas, en Dawanda.

Pendientes de resina y cristal pintados a mano, de Sirenas, en Dawanda.

Así que me alegro profundamente de su éxito, de que puedan hacer algo que les gusta y más aún si previamente les habían dado la patada en algún empleo… ¿Y cómo llegar hasta ellas, si normalmente no tienen tiendas físicas? Obviamente, Internet ha sido el mejor aliado de todos los pequeños negocios. Un poco de imaginación a veces puede más que el dinero… Pero bueno, a veces resulta tedioso ir buscando en páginas de Facebook o blogs, donde todo está algo desordenado entre álbumes de fotos, post perdidos… y hay que buscar o preguntar por mensaje a la propietaria.

Cojín familiar personalizado, en la tienda El Recién Nacido, dentro de Dawanda.

Cojín familiar personalizado, en la tienda El Recién Nacido, dentro de Dawanda.

Por eso, el otro día buceando en busca de un regalo, me llevé una agradable sorpresa. La de dos plataformas que incluyen buscador para encontrar este tipo de productos y negocios artesanos, o bien para encontrar materiales con los que hacerlos tú mismo. Se trata de Etsy y Dawanda. La primera americana y la segunda alemana, pero quizás la más adaptada si quieres comprar de y para España. Aunque hay que destacar que Etsy es la más utilizada en todo el mundo, así que quizás es más fácil que encuentres ahí alguna «rareza imposible». Y sí, cobran una comisión a los vendedores, es lo malo, pero bueno, también les ofrecen escaparate. En este sentido, aunque con menos vendedores, también he encontrado Ezebee, que es gratis para el que compra y el que vende. Y bueno, os dejo aquí información sobre otras plataformas de venta de productos artesanos para una búsqueda más exhaustiva.

Yo os confieso que me chiflan los cojincitos de búhos y casitas, todo lo que tenga que ver con bordados, algunas cositas de bisutería y algunos peluches o muñecos de tela que son verdaderas obras de arte.

¿Y tú qué? Cuéntame, ¿eres una manitas o compradora de estas cositas?

Lo que nos cambia la maternidad

Y aunque digo maternidad, porque los cambios en la mujer también nos afectan físicamente, me refiero también a paternidad. Precisamente hoy leía la descripción del perfil de Twitter de Cesc Fábregas y me daba cuenta de que con sólo leer su explicación, no hace falta decir mucho más:

cescLo primero, su niña. Luego, todo lo demás: «Orgulloso papá de una preciosa bebé». Y así es. La paternidad / maternidad hace que, de repente, den un vuelco todos los valores que tenías perfectamente colocados en tu esquema mental. Da igual que lo primero fuera la ambición profesional, o la pareja, o la mera felicidad propia.

Foto: freepik.com

Foto: freepik.com

De ahora en adelante, futura mamá o futuro papá, que sepas que te sentirás más orgulloso de las hazañas de tu hijo que de las propias.

Que buscarás su felicidad por encima de la propia.

Que ya no te importará que alguien te despierte temprano por la mañana tirando de ti, porque lo primero que verás será su sonrisa.

Que volverás a creer en la bondad humana, aunque sea a ratos. Y a practicarla de vez en cuando, que también es sano.

Que empezarás a ver la vida desde otro prisma, el de los ojos de la inocencia. Y eso te hará reconciliarte con tu ‘otro yo’, el que tenías tú mismo cuando eras pequeño. El Peter Pan perdido en tu interior.

Que un día te sorprenderás a ti misma cantando a grito pelado el Cantajuegos en mitad del parque, sin darte cuenta de que te escuchan todos los viandantes.

Que tendrás que cerrar la boca al darte cuenta de que ibas sonriendo sola por la calle recordando una de sus ocurrencias.

Que pasarás noches en vela, primero por sus lloros, después por sus ausencias cuando crezca.

Pero es amor incondicional del bueno, así que pensarás que todo ha valido la pena.

¿A que sí, mamis y papis? 😉

10 claves para una madre desordenada (que quiere dejar de serlo)

Si la maternidad de por sí ya te vuelve la realidad (y la casa) patas arriba, en el caso de madres (y padres) desordenados el caos puede hacer que tu casa se convierta en una auténtica Zona Cero. Así que, como en todo, hay que poner a mal tiempo buena cara, y buscar el lado positivo: quizás es la oportunidad que estabas esperando para comenzar a tener la casa un poquito organizada.

Aunque ya advierto que esto es como las adicciones, que muchas veces la pereza hace que vuelvas a viejos hábitos nocivos, pero hay que luchar por evitarlos. Éstas están siendo las claves de mi reconversión. Espero que os ayuden:

  1. Ordenar es el primer paso para todo. Una casa ordenada es más fácil de limpiar y, también, da mayor sensación de tranquilidad a los que viven en ella.
  2. Un cesto para la plancha y otro para la ropa sucia.

    Un cesto para la plancha y otro para la ropa sucia.

    No intentes hacer todo de una vez. Es obvio que muchos años de desorden no se van a ir en un día, así que con paciencia ve cambiando habitación por habitación o bien por áreas: un día la ropa, otro las estanterías… Si ordenas todo de una vez te tirarás horas y acabarás tan exhausta que es probable que a los dos días tu pereza te haga volver definitivamente a tu vida anterior. Y no es lo que queremos…

  3. Ejemplo de cómo ordenar los pantalones fuera del armarioOrganizar la ropa. Deshazte de aquella que ya está vieja o sepas de sobre que no te vas a poner, o dónala. Organiza el resto en tu armario y guarda la de fuera de temporada en cajas herméticas. Con la ropa infantil, organiza además en cajas la que no le valga y, si no piensas reutilizarla, dásela a algún familiar, amigo etc que la necesite, ¡o dónala! Si, aun así, ves que tu armario no da de sí, compra unos ganchos para la puerta de tu habitación (se colocan sin necesidad de anclajes y los venden en muchos sitios), y aprovecha varias perchas para, por ejemplo, tener doblados y colocados los pantalones, como en la imagen. Compra estos prácticos recogetodos y utiliza uno para la ropa sucia y otro para la que hay que planchar. En mi caso, también tenemos otro más pequeño para la ropa sucia infantil.
  4. Este recogetodo infantil lo usamos para la ropa sucia. Tenemos otro similar para juguetes pequeños

    Este recogetodo infantil lo usamos para la ropa sucia. Tenemos otro similar para juguetes pequeños.

    Reunir los juguetes. Sí, esa gran pandilla que se empeña en esparcirse por los distintos rincones (y hasta los más insospechados). Aprovecha con otro recogetodo (¡que me gustan!) y pon allí los inclasificables, o bien los pequeños que más estorban o te ponen en riesgo de esguince constantemente. Usa el parque infantil para los más grandes o los peluches que ya no entran en la habitación. Para que no parezca una pequeña leonera, puedes medir el interior y comprar baúles de tela que organicen mejor el contenido.

  5. Compra tarros para la cocina. Para el café, las legumbres, el arroz, la pasta, sal, azúcar… si no tienes claro el tiempo de cocción de algo, pon un cartelito con celo y así podrás deshacerte del envase original. También asegúrate de comprar túper aptos para congelador y microondas. Y conserva los purés de verduras, croquetas caseras, lentejas… para que tú y tus hijos podáis comer lo más natural posible aunque no dispongas de tiempo para cocinar en un momento dado…
  6. Usa las cajas zapateras. Si ya te has deshecho de tus zapatos viejos pero siguen sin entrarte en un zapatero, puedes comprar estas prácticas cajas de Ikea. Son plegables y apilables.
  7. La mesita de noche. Pliega la ropa interior en filas horizontales para aprovechar mejor el espacio. Y agrupa los calcetines para no perder ninguno. Además, puedes comprar en cualquier chino la típica bolsa de redecilla para meterlos en la lavadora sin que desaparezcan. Sobre todo si son pequeñitos como los de niño y bebé. Algunos de estos trucos que te pueden ayudar.
  8. Ordena los complementos. Si es posible, reserva un cajón sólo para bufandas, pañuelos, cinturones… Y sepáralos dentro. Si es necesario o no te fías de tu fuerza de voluntad, con algún organizador de los que venden también.
  9. Y los abalorios. Consigue un joyero compartimentado. De este modo, podrás separar pendientes, colgantes, collares… O si tienes diferentes cajas, usa cada una para un tipo de adorno. Así después te será más fácil encontrarlos (y no perderlos).
  10. Y por supuesto… ¡cierra los cajones! Son uno de los mayores atractivos de la casa para nuestros queridos bichitos, así que nada como comprar cerrojos para niños y que les resulte más difícil desordenar la casa. Por supuesto, sellando lo primero los productos peligrosos como los de limpieza.

¡Ea! Pues ahí van mis mandamientos para empezar a ser persona en casa, y ahora falta aplicarse el cuento 😉 ¿Algún truqui más que aportar?