Archivo del Autor: Montse

Acerca de Montse

Soy chef principiante en http://chefprincipiante.wordpress.com/ y además creadora de https://bajopercentil.wordpress.com/. Y community manager. Pero sobre todo, mamá.

¿Cómo hacer una papilla sin grumos?

Seguro que más de una vez te habrás preguntado ¿por qué si dejo la papilla demasiado líquida parece casi sopa y chorrea entera o si la dejo demasiado espesa parece cemento que no hay quién se coma? O bien el término medio ¿por qué, pese a que logro una textura media, acaba salpicada de incómodos tropezones o grumos? Los trucos están en la forma de mezclar y la temperatura al calentarlo. Pero te lo explico mejor en mi nuevo vídeo de Youtube de la papilla perfecta.

Por cierto, que aprovecho para contaros eso ¡¡que estreno canal de Youtube!! Así que espero veros mucho por el canal de Bajo Percentil y por supuesto ¡que le deis a like y os suscribáis!

Ideas de desayunos para niños

Un padre da a probar alimentos a su hija en el desayuno. / Foto: freepik

En realidad tener poco apetito por las mañanas es algo que sucede a mucha gente, adultos y niños. No necesariamente sólo a niños con poco apetito el resto del día. Por lo conviene de primeras no dramatizar y tomarlo con el mejor humor.

Pero me encuentro con algunos papás que me preguntan en nuestro grupo de Facebook por ideas de desayunos para niños, ya que les cuesta dar con la tecla a primera hora de la mañana.

Así que por aquí os pongo una batería de ideas recopiladas (dedicado a ti, Laura) entre lo que me mandáis y las que se me ocurren:

  • La clásica papilla de cereales a veces les cansa, pero a veces os podéis sorprender si dais un cambio de sabor y de pronto le gusta (hay de fruta, arroz, miel, galleta…). No soy partidaria de que lleve mucho azúcar pero si algo funciona, en estos niños no me voy a poner quisquillosa tampoco 😂
  • Leche con galletas o pan (probad a echarlas troceadas en un cuentito, o dejad que ellos mismos los echen mejor, jugando, para que los vean como barquitos que luego rescatarán con la cuchara).
  • En niños que no aceptan bien la leche líquida, cuando tienen ya la edad indicada les podéis ofrecer a cambio yogur o quesitos.
  • Algunos papás me cuentan que el pantumaca o pan con tomate y/o aceite funciona con sus pequeños.
  • Fruta. ¿Hay algo más sano y mejor? Además entra muy bien para niños que a estas horas aún tienen poco hambre. En trocitos o, si no los tolera, puré. ¿Quién dijo que la fruta era para merienda? Si la acepta mejor a esta hora, pues adelante y por la tarde puedes ofrecerle cereales en forma de papilla, pan con jamón o con tomate…
  • El aguacate es blandito, se deshace en trozos al masticarlo y gusta a muchos niños. Además, tiene grasas buenas que son ideales para niños de bajo percentil. Por probar…
  • ¿Tu hijo es de los que detesta el dulce, o simplemente prefiere lo salado? Puedes probar a darle por la mañana crepes con jamón y queso, o tortillita francesa con jamón. Imagino que entre semana con los trabajos imposible pero quizás con tiempo el fin de semana es algo especial que igual podéis probar y además hacerle sentir que es un día diferente.
  • Quizás no es lo más sano ni aconsejable, pero son niños y además que comen regular así que, ¿por qué no probar con unos churritos, aunque sea ocasionalmente por variar y no aburrirle? E ir jugando con él amojarlos en la leche o el chocolate.
  • Para acompañar a estos desayunos, aunque lo ideal es siempre la fruta entera, si hay problemas para dársela, podéis probar con zumos naturales.

Espero poder ayudaros con estas ideas y, por supuesto, servir de foro para que nos contéis vuestras propias sugerencias o experiencias sobre el tema. ¡Nos vemos por aquí! 😉

Descubre el ‘superalimento’ de tu hijo

Niño comiendo espagueti. / Foto: Pixabay

Ya. Ya sé que con la palabra ‘superalimentos’ se os vendrán a la cabeza la quinoa, la cúrcuma, algunos frutos secos… Muchos de estos productos tan de moda. Pero no es el tema de discusión hoy. Con nuestros niños de bajo percentil y además malcomedores, me refiero a ese momento, casi como el del descubrimiento del fuego, en que ves que tu hijo por primera vez en su vida ¡¡decide repetir un plato!! 

Puede parecer utopía, pero no es así. Tened paciencia, padres y madres de niños de bajo percentil, porque este momento llega antes o después. Probando descubriréis, al fin, un plato que le gusta por encima del resto. Y en niños que comen regular, como es lógico, a mayor cantidad de alimentos introducidos, mayor probabilidad de encontrar El Dorado. 

¿Cuál será ese superalimento? Pues ahí no puedo ayudaros, ya que los niños, igual que nosotros, tienen paladares diferentes y a cada uno le gustará algo diferente, como es lógico. Igual que, también a través de los años, es probable que no les agraden los mismos sabores o descubran otros nuevos que de pequeños detestaban. Por ejemplo, a mí no me gustaban los ahumados de pequeña y de mayor me chiflan. 

En el caso de mi hija, El Dorado llegó con un buen cuenco de macarrones con tomate. Desde que los probó por primera vez noté que le gustaban más que otras cosas que había probado, y cuando pudo expresarse bien, llegó el día en que me enseñó el plato vacío triunfal y me dijo: «Mamá, ¿me pones otro?». ¡Y yo mirándola como si hubiera empezado a hablarme en chino! 

Pues creedme, eso que pensáis inalcanzable llega, ¡sólo se trata de probar y probar! Y si veis que rechaza algo de plano, pienso que lo mejor es no insistir… La próxima vez cambiad el tipo de cocción o presentación del alimento en cuestión o, simplemente, dejad pasar unas semanas hasta volver a ofrecérselo. ¡Y mucha suerte!

La historia de… Valeria

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Esta semana nos manda su testimonio la mamá de Valeria, que ya tiene tres añitos y medio y nos cuenta desde Madrid cómo fue el proceso desde que le detectaron CIR en el embarazo, pasando por sospechas de alergias, vómitos, lágrimas hasta la actualidad. Toda una historia que dará mucha esperanza a los papás que se encuentran aún al inicio de este camino y no ven la luz al final del túnel… Pero llega.

«En la semana 29 me detectaron un embarazo CIR, porque mi bebé era mas pequeño para su edad gestacional.

En la semana 30 me recomendaron reposo relativo, dieta hipercalórica y ecografía cada 15 días. En ese momento cogí la baja laboral.

Cada quince días me hacía la ecografía. El feto crecía, pero no al ritmo que le tocaba. En la semana 34, me inyectaron corticoides para la maduración pulmonar.

En la semana 35, me provocaron una cesárea. Mi niña fue directa a neonatos. Allí estuvo 27 días. Nació con 1.580gr y 42 cm. 

Me pasaba las horas sacándome la leche para llevarla a la incubadora y que la tomara con una jeringuilla. Luego empezó a tomarla con biberón.

Empezó a hacer las cacas con un pequeño hilo de sangre. Me suprimieron de mi dieta la leche y sus derivados, el gluten, y los frutos secos. Pese a ello, la niña seguía haciendo la caca con un leve hilito de sangre. Finalmente, sin ningún analítica que lo confirmara, la diagnosticaron alergia a la proteína de la leche de vaca, y la niña comenzó a tomar leche hidrolizada.

A los 27 días nos fuimos a casa, con la indicación del pediatra de que comiera cada 3 horas, y la despertara para comer, por lo menos hasta que cogiera los 3,500kg.

Las tomas se hacían eternas, apenas había terminado una, cuando ya tenía que empezar a preparar la otra. Mi niña cogía peso, pero no suficiente como para recuperarse.

A los 4 meses me mandaron introducir los cereales, por aquello de que «engordan». Es cierto que algo hicieron, pero milagros ninguno. 

A los 5 meses, y dada la poca leche que la niña tomaba, el pediatra me indicó que probara con la alimentación complementaria, pero siempre enriqueciéndola con leche. La cosa cambió un poco, parece que la AC hizo algo, pero tampoco milagros.

En cualquier caso, mi niña ha sido siempre muy muy vomitadora. Como os podéis suponer, la presión social ha sido brutal, porque siempre me decían que si la niña vomitaba era porque le daba de comer más de lo que podía comer….

A los 6 meses, le hicieron pruebas de alergia y gluten, y todo dio negativo, por tanto empezamos con leche de fórmula normal.

A esa edad, yo tuve que incorporarme al trabajo, y mi niña tuvo que ir a la guardería. Allí desayunaba, comía y merendaba. La mayoría de los días vomitaba algunas de las comidas, pero los pediatras me decían que era cuestión de tiempo, y que sólo debíamos dejar «madurar» su estómago.

No os voy a contar las lágrimas que he derramado por ver a mi hija vomitar una y otra vez. Por darle todo tipo de comida para «probar», he probado hasta darle primero el yogurt y luego el puré, porque hasta con el cambio de sabor y textura vomitaba. 

Los pediatras me decían que era cuestión de tiempo. La niña no perdía peso, pero ha estado mucho tiempo estancada.

En niños con bajo peso, los pediatras te dicen que lo importante es que coma, por tanto la alimentación sólida ha venido más tarde, porque lo importante es que comiera, aunque fuera un puré. Mi hija empezó a masticar algo en el último año de guardería.

Mi niña es una niña sana, feliz, muy activa, muy poco dormilona, muy cariñosa, y muy «enmadrada», como dice mi madre.

Ahora tiene 3 años y 7 meses. Hace todas las comidas, es verdad que no repite, ni come nada entre horas, pero no se salta ni una, y son porciones normales de comida.

Los vómitos gracias a Dios han remitido, no del todo, pero por suerte, van siendo cada vez menos, y ahora el vómito puede aparecer una vez cada 15-20 días.

Ahora, como he dicho tiene 3 años y 7 meses, pesa 12 kg y mide 96cm».

Muchas gracias Noelia por vuestra bonita historia y a los que deseéis contar también vuestro testimonio, os recuerdo que me podéis escribir a bajopercentil@outlook.es

Carlos González explica las curvas de crecimiento

Hoy ha llegado hasta mí este vídeo de una ponencia de Carlos González ya hace casi 10 años, así que no sé por qué no lo había visto antes, pero me parece súper aclarador para padres y madres de niños de bajo percentil. Explica las curvas de crecimiento pero, cuándo habría que preocuparse y cuándo no, problemas que podrían existir y los que se pueden tratar… Sobre todo me ha enseñado a ver las curvas de mis hijos y saber interpretar, por ejemplo, otros baremos, como la evolución de la relación talla-peso para ver cuándo la problemática podría derivarse a un endocrino o a un gastropediatra. 

Os recomiendo su visionado completo o, si tenéis menos tiempo, empezad a partir de minuto 29, cuando empieza a hablar de casos prácticos reales y esto puede aclarar muchas dudas de quien haya pasado por situaciones similares:

http://m.tu.tv/videos/curvas-de-crecimiento-carlos-gonzalez

Segunda maternidad de bajo percentil

Mamá con dos niños. / freepik.com

Mamá con dos niños. / freepik.com

La segunda maternidad, por mucha experiencia que se tenga, es en incógnitas como la primera: un melón sin abrir, que no sabes cómo te puede salir. Puedes intuirlo al tacto, por el color, el sonido al golpearlo… pero no lo sabrás con certeza hasta que el cuchillo no traspase sus entrañas para desenmascararlo.

Puedo contar cómo está siendo nuestra historia pero siempre si me prometeis que leéis sabiendo que, aunque suene a tópico, cada niño es un mundo. Precisamente de mi experiencia ésta es una de las mayores enseñanzas que he sacado.

Para los que aún no estabais enterados, volví a ser mamá hace siete meses. La sombra del bajo percentil es alargada y, como es lógico, ya desde el embarazo tenía ésta entre una de mis preocupaciones. Aunque lo cierto es que el segundo embarazo pasa muchísimo más rápido para la mamá, porque todas las horas son pocas para atender a tu hija mayor, trabajar, mantener más o menos un hogar y además en el tiempo que sobra cuidarte a ti misma porque eres el albergo de tu nuevo bebé…

En este caso, tuve especial cuidado en mi alimentación para que fuera suficiente y equilibrada ¡y no fue fácil con náuseas hasta el sexto mes! Mi intuición me decía que algo cambiaba con respecto a mi hija: ella en mi útero se pasaba casi todo el rato dormida y apenas unas horas despierta pero sin parar de moverse, inquieta como al día de hoy. Movimientos pequeños pero rápidos, mi lagartijilla ya lo era desde entonces. Pero este bebé pasaba menos horas dormido y es que sí parecía tener horarios rutinarios… si algún día me retrasaba algo en una comida, él me lo recordaba con pesadas patadas. Por el contrario, sus movimientos eran de alguien más despierto pero más calmado… salvo si le faltaba comida a su hora. Esto me puso contenta, claro.

Nació con 3.250 kg, un peso mucho más en la media que mi hija mayor, que había pesado 2,650. Y a los pocos minutos de nacer,se enganchó a su teta y feliz de la vida. No voy a decir que no tuve los inicios complicados de la lactancia como suele pasar en los primeros días, pero lo típico de dolores, conseguir el enganche correcto, la subida, etc, no por ganas del peque. Así que todo empezó mucho más tranquilo que con la mayor. Lo cierto es que recuperó bien el peso de nacimiento y lo único que tras el primer mes el crecimiento comenzó a ir despacito como su hermana… y al percentil 3 de nuevo.

Podría haberme desesperado pero lo cierto es que lo llevé bastante bien. Porque veía que él comía bien infinitamente mejor que su hermana), quedaba satisfecho y estaba sanísimo. Así que no podía ser otra cosa que la genética. Pero si al menos con la misma genética no tenía que pelear con él en cada comida… pues es de agradecer, claro.

El siguiente miedo era mi incorporación al trabajo. Como mi hija jamás aceptó los biberones, traté de que su hermano tomara al menos uno por semana desde el principio con mi leche. Simplemente para que al quedarse en la guardería fuera capaz de tomarlo con tetina sin que resultara un trauma como había sido para ella.

Como tenía cinco meses y sólo tomaba lactancia materna, sus inicios en la guardería fueron tranquilos para él: gracias a un pequeño banco de leche que guardé pudo tomar leche materna en biberón.

Siguiente paso que dimos: la alimentación complementaria. Con ella definitivamente dejamos ya el biberón. Nos sirvió para ese tránsito sin lágrimas, pero la realidad es que fue empezar con la cuchara y ya no quiso volver a la tetina… fruta y verduras genial… las papillas algo más cuesta arriba. Ya que no tenía ya leche guardada las papillas que le hago son con leche artificial y el sabor no le agrada lo mismo. Pero nada que ver con mi hija: pronto me dijeron en la guardería que pasaba para el desayuno de una papilla de 150 a la de 180 ml!! Claro, a veces sin tomar todo, ¡pero es que luego se tomaba toda su verdura y su fruta! Más leche a demanda… Me parecía increíble, vaya.

Con siete meses recién cumplidos, aún poco más puedo contaros de mi pequeño Gordito (como le gusta llamarle a Paula). Ya haremos cuentas con la báscula de nuevo, y aunque a este ritmo supongo que va a ir subiendo sin problemas, si sigue en percentil bajo ya no voy a amargarme más… mamás y papás de bajo percentil… observad a vuestros hijos, hacedles pruebas si veis problemas… pero si el diagnóstico es sano, simplemente disfrutadlo, ¡bendita genética que siempre podrán comer lo que deseen sin verse obesos! 😃

La historia de… Noa

A muchas mamás como la de la foto nos toca tirar del carro en esta situación. / Foto: pexels.

A muchas mamás, como la de la foto y la de Noa, les toca tirar del carro en estas situaciones difíciles. / Foto: pexels.com.

Hoy se asoma por aquí Ana, la mamá de la pequeña Noa, para contarnos la historia  de su bajo percentil:

Buenas Tardes Montse…entre mi angustia…¡¡¡encontré tu blog!!! y quiero ser colaboradora de él y ayudar en todo lo que pueda… Te cuento mi caso:

Pues nuestro calvario empezó con dos meses….empezó a desengancharse súper rápido de la teta y empecé a meterle bibe…pero ni teta ni bibe….le cambié las tetinas…la leche etc etc…Pero para todo el mundo iba bien…bajita de peso…pero es que tampoco nació muy grande…( 2890kg) y como no perdía…ganaba poco pero no perdía…

Yo a la nena la veía estupenda…dormía muy bien desde la primera noche…que ahí es donde en la revisión de los dos meses me decía la pediatra que la despertara para darle de comer…y claro, era súper difícil. Si ya no quería teta…pues dormida..no había quien la enganchara…

A los dos meses nos ingresaron porque en una consulta con la pediatra, mi angustia era porque no comía… le comenté que a la nena le daban una serie de espasmos, como sustos, a los que no le había dado importancia… pero como la observaba tanto con el tema de la comida, pues por comentarlo…y nos ingresaron para descartar cosillas (epilepsias, otros síndromes…) y se me metió un miedo en el cuerpo, que aún lo llevo encima. La verdad es que, gracias a Dios, todas las pruebas (EGG, eco cerebral…) dieron bien…y sólo quedó en que era sobresaltos normales del sistema, que aún no estaba maduro… Pero claro…ahí empezaron a añadirse más miedos…porque fue cuando ya no comía nada de nada…

Solo cuando estaba dormida podía hacerle «tragar», porque aquello no era comer, algún bibe, y se podía tomar unos 120 …nada más…incluso menos…pero es que había días que sólo tomaba unos 300ml y yo me desesperaba…Nadie me creía e hice peregrinación por muchos médicos… todo el mundo lo mismo: «pues a ver, es chiquitita…algo más comerá de lo que dices…gana peso y no pierde…». Hasta que perdió 400g en 10 días…

Justo fue cuando me incorporé a trabajar y empezó la guarde (qué te voy a contar de mocos, virus y cosas varias…) con lo que empezó a comer mejor, sí…pero a vomitar lo que nunca había vomitado en casa….de nuevo antibióticos…pérdida de peso…con 6 meses…5kilos…y sin apetito…Un día comprobé que si no la daba de comer ella no iba a llorar por tener hambre. Me moría de pena y de miedo por no saber si a mi niña le pasaba algo más… algo neurológico, algo digestivo, ¿¿¿quéééé??? Que un niño de meses debe llorar, dormir, cagar y comer…pero nada…

Probamos con la leche del pediatra privado NUTRAMIGEN y en una semana genial: 300g…el apetito no había aparecido pero con cuchara lo tomaba mejor parecía que habíamos dado con la tecla..( yo también la llevo a su pediatra de la seguridad social y siempre para ellas la niña está preciosa). Bueno, también para el privado está preciosa…que si es guapísima..que si está divinimante…pero vamos DELGADA DELGADISIMAAAAA…

Yo soy de Toledo, y me habian hablado de UNIDAD DE TRASTORNO ALIMENTARIO DEL NIÑO PEQUEÑO en el Hospital Niño Jesús. Conseguí después de pelear mucho que me la vieran aquí, con la Dra. Pedrón, una eminencia. Y cuando la llevamos ( 5 dic 16) la verdad es que mal, nos dijo que la nena estana en el percentil -2,5 y que tenía desnutrición severa moderada…que neurológicamente estaba estupenda, pero que teníamos que hacer algo…

Empezamos con los purés y la fruta… tampoco ha mejorado mucho en cuanto a apetito. Al menos ya no come dormida y nos pusimos la rutina de cada 3 ó 4 horas en la trona… y no insistir mucho más cuando había comido algo… Del 5 diciembre al 13 enero había ganado unos 500 gramos. Algo es algo…lo importante es que no pierda, claro…pero sí que la tuvimos que sacar de la guarde…ambos pediatras ( en Toledo y en Madrid) nos lo aconsejaron, porque sino la peque se iba en una nueva infección…más antibióticos, etc etc..

Pero es una agonía. A nosotros nos ha cambiado mucho la vida, la verdad…tenemos otro nene de 2 años y medio y nada que ver. Dicen que los segundos se crían solos…¡¡¡pues vaya tela!!! La doctora Pedrnó nos dijo que la veía mejor …en la misma línea de percentil pero mejor. Que el comer despierta ya era un logro…así que bueno, intentas estar más tranquila pero ella decía que el diagnóstico finalmente sería MALCOMEDORA…uffff. Porque le han hecho ecos de todo tipo (para el reflujo, para riñones…etc etc. pero nada. De hecho, en la analítica tampoco salía que fuera nada de la proteína de leche de vaca pero bueno…comenzamos con leche de fórmula normal.

¿Sabes cuál es mi miedo? que esa delgadez la impida desarrollar su motricidad…la veo tan flaquita y ahora con 10 meses y medio …no sé si la veo más atrasada comparándola con mi otro niño o ya es obsesión mía. No gatea, no se pone de pie… supongo que al ser hiperlaxa y no comer mucho más que un pajarito no tiene fuerzas…

Lo estoy pasando fatal, la verdad. Aunque cuando la veo sonreir e interactuar con su hermano pienso: «ayyyy fideo, que eres malcomedora y ya está». Pero es cuestión de que cambie ella o que cambiemos nosotros el chip. Y con eso…hay días…

Empezamos con la guarde hace 15 días, tras estar 4 meses más en casa…y en la guarde no come «demasiado mal».

Sus comidas son:

PAPILLA cereales de 150ml de media..

12h pure de verdura 180ml + YOGURT

17h PAPILLA 150/ etc..FRUTA

21h una papilla/ PURE igual de 180 / 210…

Es una lotería cada día. Si tuviera que escribir un libro, el título sería… MI VIDA CADA 3 HORAS es una agonía…

No hay trucos pero…¿tienes alguno? Cuéntame ¿cómo la ves en cuanto a psicomotricidad?

¡¡Muchos besos !!
Muchas gracias Ana por tu testimonio. La verdad que es un gran ejemplo de cómo muchas mamás que pasamos por esto empezamos buscando mil explicaciones incluso ya con todas las pruebas realizadas. El mejor consejo lo das tú misma, Ana… tienes que cambiar el chip porque ya las pruebas médicas te dicen que tu hija es perfectamente sana. Ahora queda que tú aceptes simplemente que no hay solución porque no hay problema… es decir, tu hija es así, delgadita, y queda aceptarlo y disfrutarla. Es delgada y más bien inapetente como pudo ser gordita y glotona o pelirroja, alta, bajita… No te lo digo desde fuera, sino como alguien que ha pasado por lo que tú. Y créeme que disfruto más la maternidad desde que no mido ni peso lo que come mientras sube de peso poco a poco y se mantiene sanita y feliz. Respecto a la psicomotricidad, por lo que explicas aquí y en otras conversaciones anteriores que tuvimos, pienso que su desarrollo entra de momento en los plazos normales. Y sí que es cierto que yo a Paula la veía poquita fuerza en las piernas, como que tropezaba por su delgadez, y en la guardería me recomendaron natación para fortalecer sus extremidades. Empezó a los 18 meses y cierto que sí ganó bastante masa muscular y fuerza.

A ver ahora también que te recomiendan y cuentan otras madres y padres que se vean reflejados en tu caso. Y os recuerdo que podéis intercambiar todos impresiones en nuestro nuevo grupo de Facebook Papás y mamás de niños de Bajo Percentil.

¡Bajo Percentil ya tiene grupo de Facebook!

Todas las familias tienen cabida en el grupo de Facebook de Bajo Percentil. / Foto: freepik.com

Así como lo leéis, Bajo Percentil ya tiene su propio grupo de Facebook. Eran cada vez más las solicitudes que me hacíais de un grupo para poder expresarnos entre todos nosotros, compartir experiencias, intercambiar información, impresiones, hacer piña… por qué no, también para desahogarnos y, por qué no también, para charlar sobre de todo un poco y pasar buenos ratos.

Aunque sabéis que en un principio me resistí por el tiempo que lleva a veces la gestión de grupos en Facebook, finalmente sigo vuestras sugerencias y espero que os guste.

Podéis encontrarlo en Facebook en este enlace al grupo, vinculado a la página de Bajo Percentil o también en el buscador de grupos por el nombre Papás y mamás de niños de Bajo Percentil. A los que os preocupe la privacidad de lo que vayáis a compartir, os comento que para vuestra tranquilidad es un grupo cerrado.

¡Así que estáis todos invitados! Os espero 🤗

La historia de… Núria

Una mujer embarazada con su ecografía como Marisa, que tuvo que hacerse montones de ecos en su embarazo. 

De nuevo estamos por aquí para contaros una historia de una mamá que acudió por aquí angustiada en pleno embarazo. Esto nos contaba Marisa hace apenas unos meses:
Te escribo para contar el caso de mi hija Núria, ya que me ha servido de mucho leer casos de otras mamás y sus bebésHoy cumplo 29 semanas de embarazo y hasta la fecha me he encontrado bien y todo parecía normal hasta la eco de las 20 semanas. En la ecografía de hoy nos han dicho que la bebé está en percentil 4 y se nos ha caído el mundo encima. Ahora estoy muy triste y con miedo por lo que podría pasar. Me harán la siguiente eco en 15 días para ver como evoluciona y mientras, reposo y tranquilidad. Las arterias uterinas en mi caso están bien pero la bebé pesa 1.039.

Sé que he de ser positiva y no perder la esperanza, pero la verdad es que estoy acongojada. Espero que se resuelva todo bien y que la pequeña nazca sana y fuerte.

Marisa.

Pues bien, tengo que deciros que en su día y lo lamento muchísimo, no pude leer el mensaje de Marisa porque yo misma estaba pasando el final de mi segundo embarazo (ya os contaré mejor en otro post pero sí, soy mamá de nuevo 😊).

Así que en cuanto regresé a la normalidad y leí al fin su mensaje en el correo, me puse enseguida en contacto con ella para saber si todo había salido bien. Ella me ha autorizado para que os reproduzca con sus palabras cómo sigue su historia, después del parto:

Pues el caso fue que me fueron haciendo ecografías Doppler cada 15 días y Núria siguió en percentil 4 hasta que, el día que cumplí 40 semanas de embarazo me indujeron el parto. El parto fue bien y ella pesó 2,700 kgs y midió 46 cms. A fecha de hoy tiene 2 meses y medio y está preciosa y muy sana. En la revisión del mes ya estaba en percentil 10 y en la de los dos meses en percentil 25. Así que finalmente parece ser que algo sucedió en la circulación transplacentaria durante la gestación y la niña recibió menos alimento del que precisaba sin que ello la haya afectado en nada, según parece hasta la fecha.

Mi marido y yo lo pasamos fatal los últimos meses de embarazo y por fortuna todo ha salido bien. Como ya dije anteriormente, en un momento de tanto sufrimiento agradecí muchísimo poder leer casos similares al nuestro y por eso me decidí a escribir el mío.

Pues esta es la historia de Núria y Marisa, que por suerte leemos que está fenomenal. Mil gracias por dejarnos tu testimonio para otros papás que se encuentren en una situación similar.

Y si tú también quieres dejar por aquí tu historia, recuerda que puedes escribirme a bajopercentil@outlook.es.

La hora de la comida, ¿tortura o momento feliz?

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Me he animado a hacer este post ya que leo la angustia en los comentarios de muchas de las madres que llegais por aquí. Sé reconocer ese sentimiento y sé ponerme en vuestra piel porque yo he estado ahí. He igualmente tengo la convicción de que con el paso de los meses, como me pasó a mí, en muchos de los casos aprendereis a aceptar que vuestros hijos son así, tienen esta constitución y jamás se morirán del ansia por devorar un bocata de chorizo, aunque quizás un día sí se animen a probarlo poco a poco. O no, pero le gustarán otras cosas aunque sin las mismas ganas de otros niños…

Sobre todo, lo que hará la experiencia es que dejeis de ver las horas de la comida como una tortura. Y sí, muchas veces andareis detrás de ellos para que terminen el plato o llevareis la paciencia al límite, pero siempre debeis recordar que si vuestros hijos os ven pasar un rato como un mal trago, también lo será para ellos. Entonces, ¿por qué no hacer de la comida un momento de juego y alegría como otros?

Vivamos el momento de la comida como algo alegre, que apetezca no sólo por los alimentos. Acompañemos a nuestros pequeños comiendo a la vez con ellos. Algunas veces si ponía a mi hija a cenar antes, mientras yo iba haciendo más cosas, ella me miraba con cara de disgusto y decía: «Jo, es que yo no quiero estar sola…». Y si lo piensas fríamente, tiene toda la razón: si hay algo que ya de por sí te gusta poco hacer (comer) y encima te dejan solo y sin ningún aliciente para que sea algo apetecible… ¿qué tiene pinta de que va a suceder? 

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Desde entonces procuramos comer juntos, o si no es posible, al menos alguno acompañarla a ella mientras para hablar de cosas juntos, mostrarle cosas que le gusten… hacer de éste un momento especial. Que por las buenas siempre tendreis más posibilidades de saliros con la vuestra, queridos padres, ya os lo digo yo… Y, por qué no, jugar. ¿Quién ha dicho que no se puede jugar en las comidas? Evidentemente, no era un niño. No se trata de destrozar la comida, me refiero a inventar juegos mientras comemos, convertir la mesa en un lugar agradable para ellos. ¿Verdad que tú disfrutas de una buena comida con una buena charla con amigos? Pues un niño NO. Porque un niño se aburre teniendo que permanecer sentado en el mismo sitio durante al menos media hora, comiendo cosas que no le gustan (o teme probar) y encima escuchando soporíferas conversaciones de mayores, que encima no entiende. Pero eso puede cambiar si empatizamos, trasladamos la charla a su nivel y hablamos de cosas que le gustan, comentamos los planes divertidos que tenemos a la vista (las próximas vacaciones, una visita al zoo o a los abuelos, la fiesta del cole, su mejor amigo…), hacemos formas divertidas con los trocitos de filete hasta que desaparecen del plato, barquitos de pan en la sopa que nos comemos… ¿y qué tal si lo hacemos en nuestro propio plato para que se sientan animados a imitar?

Comer juntos ya no sólo es buena idea por aquello de «tenerles disfraídos y acompañados», sino porque además crecen considerablemente las opciones de que el pequeño «malcomedor» se anime a probar algún trocito de nuevos alimentos que no ha catado previamente y que encuentre en vuestros platos. 

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Hacerles partícipes en la elaboración de los platos o a la hora de poner la mesa si tienen edad para ello puede ser otro aliciente para que se encuentren más receptivos. Por pequeña que sea la tarea a realizar (acercaros los ingredientes, amasar con sus manitas, espolvorear la ensalada con trocitos de jamón…). Si aún son bebés igualmente les podemos ir enseñando cómo vamos haciendo la comida o sacando los platos para familiarizarles con ello mientras cantamos o les enumeramos los nombres de los alimentos en la mesa para que intenten repetirlos.

Otro consejo basado en mi experiencia: si les dais a probar nuevos alimentos, que no sientan que se lo estais imponiendo. Hay que actuar de manera sutil para que, en todo momento, crean que la idea de probarlo fue suya. Comentad entre vosotros lo exquisito que está ese plato nuevo, o resaltad por ejemplo el color o la forma: «fíjate, si es de mi color favorito», «qué chulada, si parece que ha salido con forma de nube». Si el pequeño sigue indiferente, podeis optar por ofrecérselo directamente, pero si dice que no, es preferible no insistir. Dentro de unos días podemos volver a intentarlo y quizás el resultado sea diferente… 
Básicamente, se trata de que los niños a los que les cuesta un poquito se sientan alegres e integrados en las comidas, dejen de verlas como un campo de batalla y pasen a disfrutarlas como un premio por poder compartir ese ratito junto a su familia. Y que, lejos de pensar que se les obliga a hacer algo que quieren, empiecen a sentir un deseo libre de probar nuevas cosas. En realidad, convencerles de algo que no querían hacer pero de una manera más inteligente, sana y menos beligerante para todos. 

Si os sirven estos consejos o teneis algunos de vuestra cosecha, no dejeis de compartírnoslo. Sobre todo, espero que pronto podais sentir esas comidas que ahora se os atragantan como un espacio más feliz para todos.