A veces la frustración por un niño que come poquito o deja de comer de pronto nace precisamente de no saber por qué lo hace. Aquí os dejo unos cuantos posibles motivos que pueden encajaros. Por supuesto, si conocéis alguna otra, estoy abierta a sugerencias para el post, como siempre. Las posibles causas:
Alergias y/o intolerancias: Son varias las que pueden afectar a los más pequeños y algunas de ellas se superan con el tiempo. Las más frecuentes son la Alergia a la Proteína de la Leche de Vaca, a la que dedicamos ya un post; la intolerancia a la lactosa, que no hay que confundir con la anterior; la intolerancia al gluten o celiaquía; la intolerancia a la clara y/o la yema del huevo. Todas ellas han de ser diagnosticadas por un pediatra antes de lanzarse a eliminar alimentos de la dieta infantil.
Reflujo gástrico: Algunos bebés y niños pequeños pueden comer algo menos precisamente por las molestias que sienten cuando la comida les causa acidez y les vuelve por el mismo sitio (hablando en plata). En algunos casos se manifiesta con regurgitaciones o vómitos, pero en otros casos es más difícil de detectar porque el niño no llega a expulsar la comida, y sin embargo sigue sintiéndose muy incómodo. Tenéis algunas pistas de cómo se trata en este post.
Cambios de alimentación: Es frecuente que un cambio en la alimentación provoque un súbito descenso, que poco a poco se suele volver a recuperar. Sucede a menudo con la introducción de frutas y verduras o bien más adelante al pasar de papillas a trocitos. Por supuesto, lo mismo pasa al cambiar de lactancia materna a mixta o artificial. Es normal que de primeras no acepten nuevas texturas, nuevos sabores o distintas formas de alimentarse (pecho, tetina, cucharas…). A veces bastará con probar diferentes modos, otras se irán acostumbrando poquito a poco. En el peor de los casos, que no lo acepte en absoluto, siempre habrá algún alimento con similares propiedades que podamos ofrecerle antes de volver a intentarlo.
Cambios en la rutina: Los bebés y los niños no son ajenos a lo que sucede alrededor. Se sienten seguros en un entorno más o menos predecible (ahora toca desayuno, ahora baño, ahora jugamos…) y acusan los cambios probablemente más que los adultos. ¿Por qué? Naturalmente, porque ellos no entienden los motivos e incluso cuando dominen el lenguaje, no comprenderán todavía los razonamientos de los adultos. “Nos cambiamos de casa, ¿pero por qué, si aquí vivo bien?”. “Mamá se va a trabajar, ¿pero por qué, si estamos bien los dos en casa?”. “Mamá se va a un viaje de trabajo, pero ¿por qué tengo que dormir con los abuelos y no puedo irme también?”. Cuando nosotros estamos tristes, impactados por algo o enfermos no tenemos hambre, ¿verdad? Lo mismo les sucede a ellos.
Bebés prematuros: He hablado con algunas madres de niños prematuros y la mayoría suelen tener gran preocupación por el peso de sus pequeños. La realidad es que si un bebé nació prematuro, es de esperar que lo hizo con muy poco peso y no es coherente (aunque nunca lo es, pero en este caso menos) con otros niños nacidos a término en la misma fecha. Es decir, que no esperemos que con 3 meses use la talla 3 meses necesariamente, porque a lo mejor si hubiera nacido en la fecha inicialmente prevista tendría sólo un mes. En estos casos, se puede usar la tabla de percentil calculando una edad ficticia (con la que hubiera nacido) en lugar de la real. De este modo, podremos seguir su evolución y ver si sigue una línea de crecimiento normal.
Manifestación de alguna molestia y/o enfermedad: Una simple salida de dientes puede provocar que durante unos días a tu bebé le apetezca comer menos. ¿A ti te apetece comer después de salir del dentista? Lo mismo sucederá si tiene alguna molestia pasajera (un resfriado, moquitos que le obstruyen…) o en el menor número de casos, pueden ser manifestación de alguna enfermedad. A veces relacionadas con la boquita, como la fisura del paladar, y en otras de molestias internas que detectará el pediatra después de descartar todas las otras posibilidades.
¿Te suena alguno de estos motivos? Comenta el post y cuéntanos tu caso.
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