Sí, ya sé que muchos dicen los terribles dos años. Y no voy a engañar a nadie, que terribles son y la mía con el genio que gasta ni lo cuento, pero las rabietas son tema para discutir otro día. Llegar a los dos años para nosotros ha supuesto olvidar aquellos vómitos inexplicables, problemas y más problemas con la comida, la báscula, nuestro primer pediatra…
Para las que estáis pasando por algo similar y busquéis explicaciones, recopilo datos. En nuestro caso, los análisis descartaron todo tipo de intolerancias y alergias. Una vez que introdujimos los alimentos sólidos (y no me refiero a purés o papillas, sino ya a trocitos para masticar) y fue llenando su boquita de dientes, ella fue tomando el gusto por algunas comidas, creando sus propias preferencias, etc. Tanto, que a partir de los 18 meses, y como además se ve que al fin ya tenía su sistema digestivo bien formado, dejó de vomitar. Y empezó a mostrar apetito, y a sentarse en la silla de comer a sus horas, probar cosas nuevas, comer sus platos favoritos con ganas… Fue todo progresivo, cada vez a menos, y fin.
En la revisión pediátrica, la doctora se mostró muy contenta, puesto que los avances le han hecho ganar peso y ya está muy cerca del dichoso percentil 3 que marca «normalidad». Aunque tengo que recordar, para los que no os hayáis perdido alguno de mis posts, que la sanidad española (en las cartillas que nos entregan a los papás) se guía por los percentiles de la Fundación Orbegozo, que hizo el estudio mezclando niños de pecho y biberón en el País Vasco. Y nosotros, ni somos chicarrones del norte ni tomamos biberón, así que… más bien podemos guiarnos por el percentil de la Organización Mundial de la Salud, donde ya hemos subido al 4,5. Aquí os dejo el enlace donde vosotros mismos podéis comprobar percentiles en uno u otro sistema.
La pediatra aseguró que muchos niños de los que llaman «malcomedores» empiezan a disfrutar de verdad la alimentación con los sólidos. Vamos, que se cansan de biberones (o ni los catan), papillas, purés… y se pierden por un filete en cuanto pueden masticarlo.
En cuanto a lácteos, la pediatra me corroboró lo que os contaba en el post ‘Mi hijo no toma leche, ¿qué hago?. Le comenté que Paula sólo toma su cuenco de leche en el desayuno, con sus trocitos de galletas. Aunque, el resto del día, toma queso, yogures, y luego los añadidos de queso que llevan muchos alimentos. Me aseguró que con eso era suficiente y más que de sobra.
En resumen, lo que importa es que lo que tome lo disfrute, sea variado y le alimente, y ya sabéis que ni me obsesionan las tablas ni la báscula. Mucho más cuando se trata de una lagartijilla que, apenas come, está quemando calorías con lo que sube, baja, corre… así que, mientras no haya dolencias ni síntomas ni etc. lo que nos toca es disfrutar de estos ¡felices! dos años.
Me alegro mucho mucho de este cambio en tu hija. Estoy de acuerdo contigo. Muchos niños no quieren papillas, por eso el BLW es genial para eso porque directamente comen lo que necesitan. Seguro que a partir de ahora todo vaahora mejor.
Felices dos 😉
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Lo malo son las rabietas!!! Pero es una edad super divertida, yo con Rafa me estoy riendo mas q nunca!
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Sí, ya digo que es harina de otro costal lo de las rabietas, pero también indica que empiezan a percibir cosas que antes no notaban y necesitan hacerlo ver. Aburridos no estamos ¡desde luego! jajaja Besos
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pues sí! a disfrutar de ellos porque el tiempo pasa volando!!! la verdad es que crecen muy rápido y no nos damos ni cuenta! yo también soy de las que no se obsesionan con las cosas porque sino, lo paso muy mal! un beso
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Sí, a disfrutar, y más con el veranito, que es para eso 🙂
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¡Las rabietas son insufribles! ¡Madre del amor hermoso!
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jajaja sí bueno, espero que cosas de la edad sólo!!
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Eso espero 😉
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Ay, por fin leo un titulo que me gusta sobre los 2 años..que todas son de «terribles» jaja. Yo tampoco creo que sea para tanto, o será que me tocó un niño muy normalito. Ya estamos llegando al 3 y la verdad es que de terrible nada.. Y eso que me come bastante mal pero ya hace tiempo que aprendí a lidiar con eso 😉
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Bueno pero ya digo que en mi caso son felices porque ya al fin come mejor también y nos hemos tranquilizado mucho con el tema… pero genio gasta mucho y sí son terribles jajaja lo que pasa que ya después de los difíciles inicios podemos con todo jejeje.
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Yo no he llegado aún a la parte esa donde come mejor jaja.. Aquí estamos peleando con media pechuga de pollo .
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los 2 siempre son felices, y los tres, y los 4…
mi nena hasta los 2 no empezô a comer bien, es de bajo percentil tb, aunque como ahora es màs fibra que otra cosa ha subido un poco en la curva 🙂
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Hola!! Bienvenida por aquí. Bueno, Paula ha subido también pero menos de lo que come porque es un torbellino!! Yo creo que quema muchísimo, pero si es su genética, pues estupendo le vendrá en el futuro, mi reto es que estuviera bien alimentada comiendo de todo, aunque fuera poco, y vamos consiguiéndolo 🙂
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